Tras un curioso ida y vuelta de llamadas, el comité del Premio Nobel logró hablar el martes con el científico galardonado con el Nobel de Medicina, el estadounidense Fred Ramsdell, quien se encontraba de excursión “desconectado” cuando se anunció la noticia. El investigador declaró al “New York Times” que el lunes estaba terminando una excursión de tres semanas por la naturaleza con el teléfono en modo avión, mientras los organizadores del Nobel, los medios de comunicación y sus amigos intentaban contactarlo sin éxito.
Finalmente se enteró de que era Premio Nobel de Medicina por intermedio de su esposa. La mujer comentó que su teléfono estaba inundado de mensajes cuando recuperó la señal, ya que la pareja hizo una parada en Montana para cerrar unas vacaciones que incluyeron senderismo y acampada en las montañas de esa región.
Su esposa, Laura O’Neill, había bajado del auto mientras este estaba estacionado y desde afuera comenzó a gritar de repente. Al principio, pensó que quizá había visto un oso grizzly. Nada de eso: la señora O’Neill recuperó la señal del celular y vio una avalancha de mensajes de texto con la misma noticia. “¡Acabas de ganar el Premio Nobel!”, gritó. “No, no lo hice”, dijo Ramsdell, cuyo teléfono estaba en modo avión, según recordó en una entrevista. Pero ella respondió: “¡Tengo 200 mensajes de texto diciendo que sí!”, según el “New York Times”.
Intento de contacto
El periódico indicó que Ramsdell había intentado devolver la llamada a Thomas Perlmann, secretario general de la Asamblea Nobel, pero ya era demasiado tarde en Suecia. Finalmente se contactaron el martes por la mañana.
El lunes, Sonoma Biotherapeutics, el laboratorio en el que trabaja Ramsdell, declaró que el científico estaba “viviendo su mejor momento” en una excursión de senderismo “desconectado” del mundo. El amigo y colega de Ramsdell, Jeffrey Bluestone, cofundador del laboratorio, declaró a la agenda AFP que tampoco pudo contactarlo.
Premio Nobel de Física: qué es el efecto túnel cuántico, clave para el avance tecnológicoRamsdell comparte el premio con Mary Brunkow, de Seattle, Washington, y Shimon Sakaguchi, de la Universidad de Osaka, Japón, por sus descubrimientos relacionados con el funcionamiento del sistema inmunitario.
El investigador, de 64 años, declaró al “New York Times” que intenta pasar el mayor tiempo posible en las montañas. Sobre el premio, se mostró “agradecido y honrado”.